sábado, 27 de marzo de 2010

Efecto placebo: ¿cómo funciona?

No son medicamentos, sino sustancias beneficiosas sin principios activos. Durante años la medicina científica los ha considerado remedios ineficaces, pero en la actualidad muchos profesionales de la sanidad admiten las ventajas de su adecuada aplicación: pueden llegar a curar sin ningún riesgo para la salud ni provocar efectos secundarios.
 
Las heridas causan dolor, pero también pueden provocar alivio. Así lo ha constatado el doctor Bruce Moseley después de practicar dos centenares de operaciones quirúrgicas. Moseley, médico de la selección nacional de baloncesto norteamericana, atendía una consulta como especialista en ortopedia en Houston (Texas). Allí trataba dolencias como el desgaste del cartílago de la rodilla. Para Moseley había llegado el momento de operar: hacer una incisión en la piel, llegar a la articulación, proceder a la irrigación de la zona afectada y limar las deformidades del cartílago. Con vistas a conseguir mejores resultados, Moseley consultó con una técnica en control de calidad del hospital donde trabajaba, que le planteó una audaz pregunta: “Nada estimula tanto la fantasía del hombre como la simple idea de que va a ser operado. ¿Ha considerado la idea de que la simple esperanza del enfermo en que su dolor vaya a aliviarse puede hacer que éste desaparezca?”

La ilusión también cura

Moseley invitó a sus pacientes a participar en un experimento excepcional e inofensivo. Quien accedía a tomar parte era conducido a la sala de operaciones para la intervención quirúrgica. Sin que el enfermo lo viera, allí Moseley abría un sobre lacrado con las indicaciones acerca de si la operación debía ser real o simulada. En el primer caso (la mitad de los participantes) se procedía del modo habitual. La decisión sobre quiénes iban a ser intervenidos y quiénes no fue tomada por otros colegas médicos para evitar que Moseley eligiera de forma deliberada o inconsciente a los candidatos con mayores probabilidades de curación.
Los pacientes no seleccionados para la cirujía recibían una fuerte dosis de tranquilizantes y unos pequeños cortes superficiales en sus rodillas para simular incisiones de una operación con bisturí. Moseley enviaba después a todos los pacientes a sus casas con una prescripción de calmantes contra los dolores de la herida. Ninguno sabía lo que habían hecho en su rodilla. Al cabo de dos años, casi todos los pacientes estaban muy satisfechos con el resultado de la operación, real o ficticia. Hasta la fecha, más de 180 enfermos con dolencias en la rodilla se han sometido a este experimento.

Efecto placebo” (del latín placere, que significa complacer) se denomina al fenómeno según el cual los síntomas de una dolencia pueden mejorar con una “falsa” terapia. El paciente espera o cree que el método curativo que aparentemente le está aplicando el médico funciona. Se ha constatado que ninguna píldora, inyección o intervención quirúrgica está exenta completamente del llamado efecto placebo. En la era de la manipulación genética y de intervenciones quirúrgicas por ordenador, la confianza en el tratamiento clínico que se aplica influye de forma positiva en la curación del enfermo. Así se ha demostrado con innumerables estudios y pruebas con analgésicos, antidepresivos o fármacos hipotensores frente a remedios que contienen sustancias inertes, como harina o azúcar. Esta investigación no arrojan diferencias estadísticas relevantes. Al contrario, los resultados son a menudo muy ajustados: de cien pacientes con quienes se probó el efecto del fármaco, unos 50 mejoraron de su dolencia, mientras que de los cien pacientes que recibieron una sustancia inerte o placebo 40 reaccionaron de forma positiva. Por tanto, la eficacia del compuesto biológicamente activo es algo superior, pero el contraste es poco significativo en términos relativos.

Doctores y enfermos

Cuando un paciente confía en su médico, la autoridad que el segundo ejerce sobre el primero actúa como una droga poderosa. También pueden influir positivamente en la curación otros atributos relacionados con la figura del facultativo e incluso con los medios auxiliares (bata blanca, estetoscopio, talonario de recetas, aparato de rayos X ...), porque están “cargados“ de fondo alegórico. De forma similar el efecto placebo, estos símbolos contribuyen en determinados casos al restablecimiento de la salud. Pero sólo si se presentan de forma correcta. Un ejemplo de ello podría ser durante una minuciosa consulta médica en la que se informara al paciente de las causas de su enfermedad y de cuánto tiempo requiere la mejoría.

Si es tan evidente que el efecto placebo actúa como paliativo en tantas enfermedades, ¿no se estará prescindiendo de un valioso remedio terapéutico? Además, ¿no se podría usar este efecto placebo para aumentar la eficacia de las medicinas convencionales? Cada vez más, investigadores, médicos y funcionarios de la sanidad reflexionan sobre las ventajas curativas de los placebos.
El placebo es un medio curativo extraordinario”, afirma Robert Buckman, especialista en terapias para el tratamiento del cáncer en el hospital Princess Margret de Toronto. “Influyen sobre casi todos los síntomas y benefician al menos a un tercio de los pacientes que los reciben. No tienen efectos secundarios de importancia y pueden suministrarse en muy pequeñas dosis. Son los medicamentos más eficaces, seguros, baratos y fáciles de administrar.” Pero no todos comparten el entusiasmo por las pastillas de azúcar, las cremas refrescantes, las inyecciones de suero fisiológico, los equipos de ultrasonido desconectados y los simulacros de operaciones quirúrgicas.

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